El pasado 19 de mayo dio comienzo un nuevo taller, en este caso el de resolución de conflictos. Dicho curso se desarrolló en el edificio Iwer. Nos explicaron qué es un conflicto y cómo solucionarlo.
Al día siguiente continuamos y lo debatimos en profundidad. Un conflicto es cuando una o varias personas no se ponen de acuerdo en un asunto o tienen ideas diferentes y es ahí cuando se produce el conflicto que hay que intentar solucionar.
Realizamos varías dinámicas, como por ejemplo, señalar que me siento triste cuando… estoy feliz porque… me siento confundido porque… me siento enojado cuando… y me siento solo cuando… teníamos que completar las frases y cada uno reflejaba su sentir. También pusimos en común otra serie de factores como por ejemplo, las cosas que nos gustan y las que no nos gustan, qué es lo que nos hace feliz, qué es lo que nos molesta y las cosas que nos hacen sentir enojado o tristes. Fue un ejercicio interesante en el que tuvimos que practicar el autodiagnóstico, que es una manera de conocerte mejor y entender cómo eres tú.
El último día trabajamos en equipo. Esto ayuda a que si tienes un conflicto hay intentar llegar a una solución o conseguirla. La dinámica trataba de colocarnos en un círculo y decirle algo bonito a la otra persona sin soltar la cuerda de un ovillo que mantenía el orden. Poco a poco se iba a formando una maraña que con la última persona del grupo se iba a enredando cada vez más. Finalizada la primera parte de la dinámica, llegaba la segunda en la que nosotros nos teníamos que poner de acuerdo cómo desenredar el entuerto. En la primera ronda no salió del todo bien, ya que algunos hablaban a la vez y no había manera de terminar el juego, a parte de que necesitaríamos de una persona encargado de dirigir o guiar al grupo para finalizar la actividad. Una vez que supimos ponerle remedio, en la segunda ronda todo fue un poco más fluido. Si todos contribuimos a la cooperación será mucho más sencillo llegar a un acuerdo y solventar el conflicto que quizás hubiese.
Saludos.