Miércoles
28 de Mayo del 2014
Como ya os he comentado
en mis anteriores posts, voy al Club Hípcio de Labiano para realizar sesiones de
equino terapia con el fin de mejorar el estado de mi equilibrio que poco a poco
creo que va evolucionando, pero todavía me queda un largo camino que recorrer
con él.
En este post reflejo las dos anécdotas que me ocurrieron en
la tarde de ayer.
Estos
días estoy realizando unas series de ejercicios como entrenamiento para que
pueda meterme de lleno en la competición dentro de mi nivel que aún está por
determinar.
Pues
bien, estaba yo realizando dichos ejercicios cuando de repente el caballo bajó
la cabeza y casi salí despedido por encima de “Tatanka”
Menos
mal que me sujeté bien con las riendas y no hubo grandes consecuencias, ya que
de otra manera podría haber dado con mis huesos en urgencias. Qué susto nos
llevamos, tanto Biki como yo.
Aquí
no terminó todo, ya que al bajarme del caballo me pisó el pie. No pasó nada,
salvo el susto que te queda en el cuerpo. No me había pasado nunca.
Hasta
otra.