Jueves 14 de abril del 2015
François es un profesor de
clase de Lengua de 4º curso que tiene que impartir clase en un instituto
francés a sus alumnos que son un poco inquietos, y que pierden más de 5 minutos
entre sentarse y presentarse.
El profesor les advierte que ellos suelen dar una hora de
clase, así que si tardan demasiado tiempo en ubicarse en sus pupitres, más
tarde acabará la clase. Pero una alumna le corrige y le dice que en otros
colegios suelen dar de 8.30 h a 9,25, con lo cual no es una hora exacta.
Comienza la clase presentándose los alumnos y el profesor.
Más tarde tienen que realizar un autorretrato sobre cuáles
son sus nombres, los gustos y las aficiones de cada uno, etc.
Termina la clase y un profesor que está con otros maestros
en la zona de descanso comenta que está harto de aguantar las broncas y los
continuos gritos de sus alumnos de 3º curso. Comenta que no paran de hablar, de
discutir, y que es muy difícil concentrarse y dar la clase con semejantes
alborotadores. Además explica el motivo de no querer dar clase a ese grupo.
Está cansado. “Ya basta” comenta. Su
compañero le acompaña a tomar un poco el aire, pero enseguida tienen que volver
a impartir las clases.
Al día siguiente algunos alumnos no quieren leer su
autorretrato, ya que les parece que no tienen nada que aportar al resto.
Deberán leer lo que han redactado. Algunos han escrito una o dos líneas. Otros
sin embargo se han extendido más, pero un alumno al que le faltan dos líneas
por contar al resto de sus compañeros sus gustos, no quiere mencionarlos debido
a que le parece un tema íntimo.
Llegan las tutorías con los padres y también con algunos
alumnos. El profesor François les comenta que con algunos alumnos está contento
y cómodo y que están mejorando en las tareas que realizan en cada. Un alumno de
origen chino llamado Wei, está trabajando duro y atendiendo las indicaciones
del profesor. François comenta a los padres de Wei que está muy contento con
él.
Los padres del Wei le comentan que su hijo se queda hasta
muy tarde haciendo la tarea.
Otros alumnos en cambio no están rindiendo demasiado, así
que reúne a su familia y al propio alumno para explicarles la situación. “A
partir de ahora vamos a estar más atentos a las tareas que haga nuestro hijo”
comentan sus padres.
Eligen a una delegada y a una subdelegada para representar a
la clase e ir a las reuniones que convoca el jefe de estudios. François comenta
que hay algunos alumnos que no respetan al profesor y se atreven a tutearle en
vez de hablarle de usted, y encima tienen diversas broncas y movidas.
Al día siguiente Suliman le pregunta al profesor que por qué
le criticó en la reunión de profesores de ayer. François le explica el motivo
de su mal comportamiento. Varios alumnos se suman al comentario del profesor.
Entonces Suliman que es un buen chico pero que tiene muy mal carácter y mal
comportamiento, coge su mochila y se va dando un portazo e interrumpiendo la
clase. Seguidamente François y el Alumno van al despacho del director para que
este último sea expulsado del centro escolar.
Suliman es expulsado un mes antes de las vacaciones, y es
enviado a otro centro. Como es final de curso, los alumnos y los profesores
juegan un partidillo de futbol para festejar las vacaciones.