martes, 7 de febrero de 2017

El valle de la muerte



Lunes 6 de febrero del 2017

En una ciudad al norte de Peristol nació un chico llamado Jack Mawender al cual sus amigos lo apodaban “El machacante”. 

         Este chico les dijo a sus padres que quería emprender una carrera fuera de la ciudad como director en una empresa como alto cargo. La empresa era de deportes, y como a Jack le apasionaba tanto el deporte que quería irse fuera, pero no sin el convencimiento de sus progenitores. Sus padres le decían que primero tenía que formarse académicamente y que no se preocupara por nada, pues el trabajo ya vendría.
            Sí, les decía pero el trabajo hay que buscarlo, pues no va a venir por sí solo, no os parece? Yo ya he encontrado mi vocación y la quiero cumplir. “Quiero ser director en una empresa deportiva, pero para eso hay que estudiar finanzas, y como tengo esta discapacidad, no se sí podré hacerlo” pero a pesar de la discapacidad, Jack no tenía problemas con las matemáticas.   

      No cesaba en el empeño, intentaba resolver los problemas matemáticos y vaya si lo conseguía. Era un chico listo cuyo coeficiente intelectual era alto y tenía una chispa impresionante a la hora de hacer las tareas del hogar. Era feliz y no se sentía superior ni inferior a los demás. Era un gran luchador.

     Todos los días hacía un hueco para ir a entrenar duramente al gimnasio. Por algo le llamaban y le llaman sus amigos “El machacante”, ya que se machacaba y se machaca 2 horas cada día, menos los martes y domingos que guardaba fiesta. 

       Un día estando él entrenando escuchó un ruido fino y extraño que provenía desde una sala oscura: “Jaaaaaack, Ven hacia míii” 

       De repente, se apagaron las luces del gimnasio. Jack atemorizado sale del complejo y no encuentra a nadie. Es como si una gran fuerza hubiese congelado a toda la población. Todo permanecía a oscuras, no se veía ningún alma. Las calles sin iluminación y si eso fuera poco el cielo no tenía intención de despejarse. Todo era una penumbra. Jack muy asustado dejó el entrenamiento y huyó a casa donde no halló ni rastro de sus padres. 

      Volvió al gimnasio y en una de las salas se encontró con una mecedora que se movía sola impulsada por un alma que era nada más ni nada menos que la propia figura de la muerte. 

        Ya no había vuelta atrás. La muerte le estaba esperando con ansia para llevarle a su valle; “El valle de la muerte”. Jack no se dejó intimidar y se enfrentó cara a cara con ella, pero no tuvo tiempo de demostrar su valentía y su fuerza, ya que la muerte juega con las mentes más perversas y consiguió fulminarle con sus rayos y centellas de ultratumba.
         Ahora la población entera está en su lecho de muerte jajajaja. Desacansa en paz. 


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